miércoles, 7 de diciembre de 2011

DOS HERMANOS

Antes de leer
¿Habéis oído alguna vez la expresión “remordimiento de conciencia”?
Vocabulario:
Obrar, costal, rancho, forajido.

Cuando su padre murió, dos hermanos, llamados Jacinto y Rosendo, heredaron sus tierras. Para obrar con prudencia las dividieron en partes iguales y cada uno se dedicó a las tareas de labranza y cultivo del maíz.
Pasaron los años. Jacinto se casó y tuvo seis hijos. Rosendo permaneció soltero. A veces no podía dormir pensando algo que le preocupaba. “No es justo que estas tierras estén divididas a la mitad. Jacinto tiene seis hijos que debe alimentar, vestir y educar.
Yo no tengo familia. Él necesita más maíz que yo.”
De este modo, una madrugada decidió ir a su propio depósito. Tomó cuatro pesados costales y cargándolos, atravesó la colina que separaba su rancho del de Jacinto.
Entró a escondidas al depósito de éste y allí los dejó. Rosendo regresó a su casa pensando, feliz, que sus sobrinos estarían mejor. Durmió profundamente.
Por aquellos días Jacinto también estaba preocupado: “No es justo que estas tierras estén divididas a la mitad. Rosendo no tiene familia. Cuando yo llegue a viejo mis seis hijos nos cuidarán a mí y a mi esposa. Pero a él ¿quién le dará sustento? Debería tener más maíz que yo para vivir tranquilo en su ancianidad” pensaba.
De este modo, en la misma madrugada, pero a una hora distinta, tomó cuatro costales de maíz. Cargándolos, los llevó y los dejó en el depósito de Rosendo. Regresó a su casa pensando, feliz, que su hermano estaría mejor. Durmió profundamente.
Al día siguiente uno y otro quedaron sorprendidos al comprobar que tenían la misma cantidad de maíz que la noche anterior. Cada uno, por su lado, pensó: “tal vez no llevé la cantidad que supuse. Esta noche llevaré más.” Y así lo hicieron aquella madrugada.
Cuando salió el sol se sintieron más perplejos que antes pues hallaron la misma cantidad de siempre, ni un costal menos. “¿Qué está pasando?” se decía cada uno
“¿Acaso lo soñé?”. Decidido a no caer en al misma situación Rosendo llenó un pequeño carro con doce costales. Jacinto hizo lo mismo. Con dificultades, fueron tirando de él por la colina, antes de apuntar el alba.
Cada uno subía por su lado de la colina. Cuando Rosendo se hallaba casi en la cima alcanzó a ver una silueta bajo la luz de la Luna, que venía de la otra dirección. A Jacinto le pasó lo mismo ¿De quién podría tratarse? ¿Era, tal vez, un cuatrero? ¿Se trataba, quizás, de un forajido?
Cuando los dos hermanos se reconocieron entendieron qué había pasado. Durante las noches anteriores sólo habían estado intercambiando costales de maíz entre un depósito y otro. Sin decir palabra dejaron sus cargas a un lado y se dieron un largo y fuerte abrazo.

1.¿Cómo se dividieron las tierras a la muerte del padre?
2.¿Qué decidió hacer Rosendo? ¿Por qué?
3.¿ Estaba conforme con el acuerdo Jacinto? ¿Qué le preocupaba?
4. ¿Crees que le costaba algún esfuerzo a los hermanos tirar de los carros de maíz? ¿Por qué?
5. ¿Crees que el cielo estaba totalmente nublado o no? ¿Por qué lo sabes?
6. ¿Crees que Jacinto y Rosendo eran buenos hermanos? ¿Tú que hubieras hecho?
7. Cuéntale la historia a un niño que no conoce el cuento en cuatro renglones.